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El filtro del sistema de refrigeración cumple dos funciones principales:
Retener las impurezas, actuar como aditivo del sistema, ya que contiene pastillas que se disuelven en contacto con el agua.
Siga siempre las recomendaciones del manual de la montadora del vehículo para el cambio del filtro del sistema de refrigeración.
Wega recomienda cambiar el filtro cada 40.000 a 60.000 kilómetros, además de verificar periódicamente el nivel de agua y la mezcla de agua con mono etilenglicol.
Se debe cambiar el filtro siempre que se realice mantenimiento al sistema, es decir, al cambiar el agua del sistema, es necesario cambiar el filtro y reponer con el aditivo a base de mono etilenglicol.
Así, el sistema de refrigeración y el motor estarán más protegidos, y su camión, autobús o equipo tendrán una vida útil más prolongada.
No olvides: cambiar el filtro siempre que se cambie el líquido del sistema de refrigeración.
La falta de mantenimiento adecuado del sistema de refrigeración puede ocasionar graves problemas al motor y al propietario del vehículo. Por eso, es fundamental estar siempre atentos.
El mantenimiento preventivo del filtro del sistema de refrigeración ayuda a evitar problemas como:
Motor fundido por derrames ocasionados por la presión excesiva.
Entre los principales beneficios del filtro del sistema de refrigeración se encuentran:
Lubrique la junta de sellado del filtro con aceite limpio, aplique el torque correcto y siempre mantenga la proporción adecuada de mezcla de agua y mono etilenglicol.
El filtro retiene las impurezas generadas dentro del propio sistema de refrigeración, ya que el proceso de calefacción y enfriamiento del motor provoca desgaste en el bloque, especialmente en las galerías de agua.
Estas impurezas, resultado de la oxidación, se desprenden y circulan por otras partes del sistema, afectando la bomba de agua, las mangueras e incluso el motor.
Por eso, el filtro debe estar en óptimas condiciones para retener estos contaminantes, permitiendo el paso sólo del agua y del aditivo que protegen el sistema.
Un líquido contaminado (mezcla de agua y mono etilenglicol con óxido) puede obstruir las galerías del motor, causar sobrecalentamiento, aumento de presión y hasta fundir el motor.
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